miércoles, 11 de junio de 2008

La Biblia y el ocultismo


Desde tiempos inmemoriales, los hombres, impulsados por la ansiedad, el temor al futuro, la ambición o la simple curiosidad, han tratado de conocer y de controlar el futuro, y también la voluntad de otros seres humanos, mediante un conjunto de prácticas conocidas como "ocultismo"(1) o "esoterismo"(2). Entre estas prácticas se pueden mencionar la astrología, los horóscopos, la adivinación, la hechicería, los sortilegios, y otros.


La adivinación, especialmente, adquiere múltiples formas dependiendo de los instrumentos u objetos de los cuales se vale para obtener sus resultados: cartas, tarot, cábalas, bolas de cristal, hierbas, péndulos, varillas, vísceras de animales, y todo otro objeto imaginable.
Estas prácticas eran frecuentes y habían alcanzado gran desarrollo entre los habitantes de las tierras bíblicas (asirios, babilonios, egipcios, caldeos, cananeos, etc.). En Caldea nació y se desarrolló la astrología; aunque también sabemos que entre los chinos y otras culturas orientales eran frecuentes estas prácticas.
Si bien, en muchos casos, estas prácticas no pasan más allá de supercherías destinadas a explotar incautos, realizadas con mayor o menor habilidad por supuestos "maestros" que hábilmente extraen información de sus clientes para luego entregarles respuestas plausibles de acuerdo con sus expectativas, en otros casos van acompañadas de prodigios reales realizados con la ayuda de las fuerzas de las tinieblas gobernadas por Satanás, a las cuales Dios les ha permitido realizar tales prodigios con el fin de engañar a los incautos que prefieren dejarse atrapar por fenómenos sensoriales antes que escuchar la Palabra de Dios a través de las Escrituras.


En la Biblia aparecen varios relatos de episodios de esta naturaleza y de personajes que practicaban estas artes, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Muestra, en muchos casos, que estas actividades constituían, entonces como hoy, un lucrativo negocio. Entre los más notables podemos mencionar:
2.1.- En Génesis 44:5, José, como parte de la treta que les juega a sus hermanos para hacerlos regresar, finge usar una copa de plata para practicar adivinación(3).
2.2.- En Éxodo 7:10 al 8:18 nos cuenta como los magos de Egipto, en las tres primeras plagas, fueron replicando uno por uno todos los prodigios de Moisés ante faraón, hasta que finalmente debieron reconocer que el poder de Moisés venía de Dios y no pudieron continuar.
2.3.- En Números 22:7 nos cuenta como Balac, rey de los moabitas, requiere de los servicios de Balaam para que maldiga a Israel, ofreciendole "dádivas de adivinación".

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