jueves, 10 de julio de 2008

Definicion


El hombre ha sentido siempre la presencia de fuerzas ocultas a su alrededor, y de fuentes secretas de conocimiento y poderes latentes en su interior. El ocultismo describe las creencias del hombre sobre ese "otro mundo" misterioso y sobre los medios con que ha intentado entrar en contacto con él. Las creencias sobre lo oculto han variado de una cultura a otra, cambiando con el progreso de la cien­cia. Pero, aunque la ciencia explica que la gravedad hace caer una manzana de un árbol, no intenta decir por qué ésta golpea precisamente a aquel hombre determinado que pasaba por debajo. El ocultismo se ha centrado en intentar predecir, prevenir o producir acontecimientos, no en explicarlos.
El marco histórico
Para los ocultistas, la dimensión sobrenatural incluye diversos dioses y demonios a los que se atribuía, y a veces se atribuye, una in­fluencia sobre la meteorología, las cosechas y la procreación. Los hombres creían antiguamente que su propia supervivencia dependía de estos poderes. La creencia en la vida después de la muerte, en espíritus y fantasmas era casi universal.
Reconociendo el poder de la sugestión o de la autosugestión, santones como los magi (sacerdotes persas de cuyo nombre procede la palabra magia) inventaron símbolos y ri­tuales para concentrar la mente. Cultos paganos basados en esos rituales sobrevivieron al empuje de grandes religiones, como el cristianismo; pero, desde cl siglo xiv, las prácticas ocultistas comenzaron a ser condenadas por la Iglesia como diabólicas. La persecución de los albigenses, que sostenían que el mundo material había sido creado por el demonio, llevo a la caza de brujas en Europa y mas tarde, en América. Se decía de las brujas que podían tomar la forma que quisieran, volar a la velocidad del rayo en una escoba, convertir a hombres en animales y provocar una infinita variedad de desastres mediante pociones mágicas y encantamientos.
La tortura y quema de las supuestas brujas creó un clima de histeria que en realidad fortaleció la brujería y que duró hasta el S. XVIII. Proliferaron las historias de gentes que se convertían en lobos (licantropía) y de ca­dáveres que no se descomponían porque se alimentaban en cuerpos vivos (vampirismo); y se creía en espíritus benignos, como las hadas y los elfos. Se utilizaban oraciones, ritos y talismanes para invocar asistencia o para ahuyentar la mala suerte. Todavía hoy conservamos residuos de supersticiones, como el "tocar madera" y aún se practican exorcismos para sacar los "demonios" de personas supuestamente "poseídas".

la profecia y la buenaventura


La predicción del futuro ha sido siempre una preocupación habitual, practicada con los más diversos medios, desde estudiar el firmamento o las entrañas de los animales hasta interpretar formas fortuitas en monedas, cartas, dados o bastoncillos, como en el libro de sabiduría chino I Ching. El vidente europeo más notable fue Nostra­damus (1503-66), médico y astrólogo francés que escribió más de 600 oscuros versos que han sido interpretados como los predicción precisa de la Revolución francesa y de otros importantes acontecirnientos. En el siglo XVIII habían caído en desuso métodos de adivinación más extraños y antiguos, como la cefalomancia (crepitación de una cabeza de burro ardiendo), la hidromancia (ruido de una corriente de agua) y la onicomancia (reflejo en las uñas de una muchacha virgen untadas con aceite). Pero aún seguían usándose las cartas del Tarot y muchos otros métodos tradicionales de predicción. Algunos gitanos convirtieron en oficio la interpretación de cartas, sueños, bolas de cristal, hojas de té y palmas de las manos.
A mediados del S. XIX se avivó el interés por la antigua creencia de que los espíritus de los muertos pueden a veces verse u oírse. La invención de la fotografía dio fuerza a la idea de que los fantasmas eran almas en pena atrapadas entre este mundo y el otro, ya que en la película revelada se apreciaban a veces unas formas fantasmagóricas. Los espiritistas creían que una persona psíquicamente muy sensible, llamada médium, podía alcanzar un estado de trance en el que recibía mensajes de los difuntos.

el ocultismo y su influencia demoniaca


Por "ocultismo" entendemos una influencia supra-humana o sobrenatural que no es de Dios y comúnmente lo asociamos con lo que tiene influencia demoníaca.
En los Estados Unidos, el ocultismo es ahora mucho más popular que hace veinte años. Esto se manifiesta en la música popular satánica, las pandillas callejeras satánicas, el aumento de los adoradores de Satanás, el uso más extendido del horóscopo y el estudio de los signos del zodiaco y los juegos satánicos que pueden comprarse. A pesar de esto, mucha gente no toma el ocultismo seriamente, se ríen de la noción del poder del mal y no lo consideran parte del mundo "real" en que vivimos.
Estoy convencido de que la influencia demoníaca es muy real y constituye una amenaza peligrosa para nuestro bienestar espiritual. Lo que se escribe aquí es un resumen breve de una realidad que no deseo pasar mucho tiempo explorando y mi propósito es sencillamente impartirles conocimientos suficientes, para que puedan cuando menos sospechar la presencia de lo oculto y puedan evitarla por completo.
En su carta a los Efesios (1,3-10), San Pablo nos dice que Dios nos escogió en Jesucristo antes del principio del mundo. Estamos llamados a vivir limpios de pecado en su presencia. Dios nos llamó para ser sus hijos por medio de Jesucristo. Hemos sido salvados y nuestros pecados han sido perdonados en Jesús y mediante su Sangre. Esto muestra la generosidad de Dios, Nuestro Padre, hacia nosotros. El nos ha dado la sabiduría para comprender este misterio, este plan que nos reveló en Cristo.
Somos cristianos bautizados y confirmados. En estos dos sacramentos hemos renunciado a Satanás, a sus obras y a sus promesas vacías del reino de las tinieblas. En el bautismo profesamos nuestra fe en Jesucristo y en la Iglesia. Ahora, el Reino de Dios está absolutamente opuesto al reino de Satanás. La salvación en Jesucristo presupone el rechazo del reino de las tinieblas, sin embargo, nuestra vida es una guerra espiritual. En su primera carta, San Juan (1 Jn 5,18-69) nos dice dos cosas: Que nacimos de Dios (por el bautismo y el Espíritu Santo) y que estamos protegidos por El para que el Maligno no pueda tocarnos, pero también nos dice que el mundo entero está bajo el Maligno.
El Maligno puede tentarnos, pero no nos toca directamente a menos que le abramos la puerta. No debemos temerle, pero tampoco debemos buscarlo constantemente en los acontecimientos ordinarios de nuestra vida.
No se concentren en los espíritus malos, sino fijen sus ojos y su fe en Nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Somos salvados sólo por Jesucristo, mediante la oración, nuestra adhesión a la Palabra de Dios en la Biblia y mediante los sacramentos, especialmente por la presencia de Jesús en la Sagrada Eucaristía.
No debemos olvidar incluir a María, la Madre de Dios, en nuestra oración; Ella ha aplastado la cabeza de la antigua serpiente (Gén 3,15). La devoción a María es un medio poderoso de protección en nuestra vida diaria.
¿Cómo es el reino de Satanás, el reino de las tinieblas? Es una mentira que busca parecerse al Reino de Dios. Lean Isaías (14,12-15); se trata de Satanás. El profeta nos dice que, en su corazón, Satanás está determinado a ser como Dios.
Satanás quiere en su reino todo lo que hay en el Reino de Dios, pero su reino es una mentira; es falsedad. En el reino de las tinieblas hay culto y adoración falsa; hay oración maligna. Nos ofrece felicidad y paz falsa, nos da sabiduría y conocimiento falso. Así tentó a Adán y Eva (Gén 3,5). Satanás dijo: "No. Dios sabe que al momento que lo comiereis (el fruto prohibido) seréis como dioses, conocedores del bien y del mal." En su reino, Satanás nos ofrece salud, que es la muerte y una protección falsa. Así como nos imaginamos a los ángeles del cielo cantando y adorando a Dios, así también hay una música especial en el reino de las tinieblas, que es mala.
El reino de Satanás es una mentira. Quiere ser como Dios, pero en el primero de los Diez Mandamientos, Dios dijo a Moisés: "Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás otros dioses fuera de mi" (Exodo 20,3). San Pablo nos dice que estemos en guardia: "El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, dando oídos a espíritus falaces y a doctrinas diabólicas" (1 Tim 4, l). Aferrémonos a nuestra fe en el Señor Jesús y en su Iglesia, pues nuestra salvación se logra por Jesucristo, mediante la oración, leyendo y estudiando la palabra de Dios en la Biblia y mediante la presencia de Jesús en el santo sacrificio de la misa en nuestros sagrarios

san ignacio de loyola y el ocultismo


En los Encuentros llevados a cabo por el G12 o Visión Celular se practican actividades asombrosamente parecidas con las desarrolladas por Ignacio de Loyola. Practicas como la regresión, la búsqueda de Dios por la fuerza de la mente o de la imaginación humana; se mantiene un silencio y se lleva a cabo un ejercicio mental guiado por otra persona, el encuentrista es guiado hasta el momento de su gestación.

Ignacio de Loyola
Ignacio nació en 1491 llamándose Íñigo de Loyola, en España. En 1521, defendiendo a la ciudad de Pamplona del asedio de los franceses, sería herido en una pierna por una bala de cañón, un hecho que sería trascendental en su vida. Los franceses, admirados por su valor en la batalla, lo devolvieron para que fuera curado.
Una vez de vuelta en su castillo, Ignacio, buscando restablecer su pierna, se sometería a dolorosísimas operaciones, que lo pusieron al borde de la muerte, y lo dejaron cojo por el resto de su vida. Aburrido durante su larga convalecencia, pidió que le diesen libros y le prestaron uno sobre la vida de Cristo y otro con vidas de santos. Mientras tanto, sus sueños de gloria persistían (MEGALOMANIA), pero lo dejaban insatisfechos, mientras que después de leer los libros de espiritualidad se sentía en paz y satisfecho. Meditando sobre esto, decidió abandonar sus antiguos objetivos y ponerse al servicio del Señor: desde ahora sería un caballero de Cristo. Ya recuperado, partió a Barcelona, para ir después a Tierra Santa.

saber y poder del ocultismo




Precisamente porque la vida humana se ha transformado aquí en destino ya fijado pero todavía no experimentado como tal por nosotros, por esto produce esas "explicaciones" que son la astrología, la nigromancia, la teosofía, etc. Porque aquí vivimos nuestra desesperanza sobre un fondo de constante inquietud e incertidumbre cósmicas, por esto la vida humana se empobrece al punto de no propender sino a la seguridad y al sentimiento de la seguridad, al sentir que se ha de poder seguir contando con lo que ya se tiene; y así prevalece la idea de destino, uno para cada uno, destino de grandeza o de pequeñez, de fracaso o de gloria, de vida sin sentido propio o de conquista de sí mismo (...) Esa situación primordial es lo que llamamos el sistema de la miseria, y es dentro de este sistema donde se expande el ocultismo: teosofía, astrología, espiritismo, no sólo arrancan de la miseria, sino que permanecen dentro de ella, se cultivan y se propagan miserablemente en la medida en que en su cauce la vida humana se impregna de la pobreza del aislamiento respecto de los demás hombres y de la pobreza del ocultamiento de los procedimientos por los que se han de poner en juego fuerzas y poderes ocultos sobre otros hombres. El ocultismo es una "estrategia de poder" y toda estrategia de predominio sobre el prójimo exige el ocultismo como encubrimiento de las investigaciones y operaciones sobre las fuerzas por cuyo medio se ha de realizar el sojuzgamiento. Por consiguiente, el ocultismo pulsa en la política, en la diplomacia, en lo jurídico, en la etiqueta, en las denominadas "relaciones exteriores", en la publicidad...